Despierto una mañana
y encuentro que no estás.
Te busco, pero en vano
yo sé que no volverás.
Me di cuenta que jugabas
mucho antes que empezara
lo que hoy se terminó;
hace poco yo te amaba
pero ahora sólo siento
que te odio y me arrepiento
cuando sólo pienso en ti.
Los momentos que vivimos
y que sólo compartimos
con aquella soledad
aún persisten en mi mente
como toda aquella gente
que quizás nos vio pasar
por aquella plaza nuestra
donde tú como maestra
me enseñaste a admirar
al amor y a entender
que no siempre una mujer
es sincera cuando ama.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario