Transcurren los días
oscuros y grises,
lentos, pesados, sombríos,
sin prisas ni matices,
dolorosos y fríos
cargados de sueños rotos
que antaño fueran míos
y ahora son de otro.
Mis fuerzas se diluyen
en batallas absurdas
perdidas de antemano
de la manera más burda
contra las sombras de un pasado
de las que mi alma huye
entre tanta pesadilla
que me tiene atrapado.
Surgen brotes de lo que puedo ser
entre las ruinas de lo que fui,
me rebelo ante un destino
que no ha dejado nada de mí,
batallo casi sin fuerzas
en una lucha que no tiene fin
pero hasta que haya vencido,
no me pienso rendir.
miércoles, 27 de abril de 2016
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